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Candidaturas independientes: esperanza de la Patria

La sentencia del Tribunal Constitucional 0788/24 que declara no conforme con la Constitución los artículos 156 y 157 de la Ley Electoral y que permite inscripciones de candidaturas en todos los niveles de manera independiente, abre las puertas para reformar los partidos políticos o acabar con ellos.

A nuestro juicio es una decisión que cambia el rumbo de la nación. Los partidos han sido parte de nuestra desgracia. El Sr. Guillermo Moreno manifestó no estar de acuerdo, y nos sorprende que el Dr. Leonel Fernández se una a Moreno, contra el fallo del Tribunal Constitucional, más siendo de corriente liberal.

Si se sabe aprovechar las lecciones de la historia. Los partidos no son infalibles, muestra de ello han sido las desapariciones de partidos éticos creados por el Prof. Juan Bosch y que terminaron alejados de servir al pueblo, para servirse del pueblo.

No solo los partidos son falibles, sino hasta los propios estados y nuestra República no escapa a esas amenazas. La Patria es primero y pocos líderes de partidos realzan o profesan el amor al tricolor contra la anarquía. El líder debe ir tras el apoyo popular electoral, no mediante la aceptación de grupos.

En la mayoría de naciones democráticas los ciudadanos tienen derecho a participar en elecciones de manera independiente. Después de este fallo histórico del Tribunal Constitucional, ha dividido la nación en dos grupos primordiales; los conservadores de la «partidocracia» que buscan preservar los privilegios de los grupos de poder, especialmente de la oligarquía, empresarios y representantes de la pujante burguesía, y los independientes, que serán los nacionalistas y patriotas, representantes del desesperado pueblo.

En las fases que ha atravesado la historia, vemos que no existieron partidos, sino más bien líderes que dirigieron la nación. Los primeros partidos fueron fundados o hechos a la medida por dictadores. Recordar el partido de la palma ideado por el “Generalísimo” Rafael L. Trujillo y donde solo ingresaban los que como en la Alemania Nazi rindieran culto al «líder».

En Latinoamérica, ejemplo, Argentina cuenta con candidaturas independientes desde sus inicios como estado, ejemplo Faustino Sarmientos ganó las elecciones sin pertenecer a ningún partido; George Washington se presentó y venció en las elecciones de 1788 como candidato independiente. En Canadá está gobernado por los sucesivos gobiernos de minoría independiente.

La mayoría de partidos actuales, hemos sido testigos y protagonistas de que reciben órdenes y están a merced de fuerzas extranjeras y sucumben a sus pies; han sido cómplices de este desorden social, político y económico como los gobiernos impuestos luego de una terrible ocupación militar extranjera en el siglo XX, negándose al pueblo el derecho de elegir. Juan Bosch ni le permitieron salir a hacer campañas en 1966.

A pesar de las evidentes limitaciones de los partidos políticos como todo sistema que está dando sus últimos coletazos, tiene la oportunidad de transformarse o ser parte de los museos de historia o de los recuerdos colectivos de un sistema político que evitó que las masas disidiesen el futuro de la nación priorizando los púricos intereses extranjeros y de la oligarquía.

La izquierda dominicana fue cosa del pasado y fue absorbida por la política de derecha, situación que desequilibró la balanza de poderes y da plenos poderes a una sola corriente. La sociedad busca la distribución de la riqueza y el progreso, un sistema híbrido que permita el desarrollo social y se valore el hombre por el trabajo y méritos por encima del dinero, porque sería continuar los narcotraficantes dirigiendo y no el pueblo decente como lo es la mayoría.

La sociedad es clara en buscar un cambio. Una encuesta popular debe y debió ser la respuesta del liderazgo nacional y no comentarios conservadores y que buscan los intereses personales por encima del bien nacional. Los propios partidos tienden trampas a sus líderes y hasta votan por otros que estén de acuerdo aun siendo de diferentes colores y «doctrinas».

En nuestro país por desgracia los partidos no tienen ideología y el caudillismo es parte de una imposición social que en la mayoría de los casos surge de los que ponen el capital, aún sea de sectores oscuros. Esta nueva sociedad quiere sus líderes sean más del pueblo que de la elite.

Por el momento, los partidos abren sus plazas a personas que solo aportan capital y no doctrina, lo que siempre odió Juan Bosch y que tuvo tantas fricciones con el líder Peña Gómez. Por el momento, si un dominicano no busca millones de pesos para representar a la sociedad, no ingresará a partido mayoritario dominicano.

  • Concluiremos

1- Las candidaturas independientes fortalecen la democracia, porque permiten la inclusión y la competitividad.

2- Las candidaturas independientes podrían atraer a los miembros y exmiembros de algunos de los principales partidos. La realidad que muchas personas quieren sus partidos gocen de doctrina política y equidad, situación que tendrá la oportunidad de solucionarse.

3- La dictadura de partidos refuerza el monopolio del poder por estos institutos políticos y la falta de una real democracia que permita la participación ciudadana libre. Según nuestra Constitución, un ciudadano tiene derecho a elegir y ser elegido.

Al respecto es pertinente señalar que estas candidaturas existieron tiempo atrás, como detallamos en el artículo, siendo considerado su primer antecedente desde el nacimiento de la nación contra el monopolio de elección de candidaturas

4- La jurisprudencia estipula en la Constitución el derecho a elegir y como único limitantes, está el de edad, 30 años, artículo 123, el 122 y 124 establece que el presidente es elegido por el pueblo, y por voto directo, no por partidos.

5- El futuro si el liderazgo de los partidos no se adapta, a corto o mediano plazo será el de ellos apoyar a los independientes…

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